miércoles, 26 de marzo de 2008

Infancia

Los niños

En los niños el ruido, las risas.

La basura:
Quiero llenar de mi basura las aulas de las intenciones
Los resquebrajados años del maestro de oficio
Las catapultas de suciedad

Un rumor ha llegado hasta mi garganta para no querer decir que te deseo
Roer tus huesos por la noche, y vivir así
Sin luz

En este trayecto del día obscuro
Y comerme tu boca, tu aliento, tu indiscreción.

La duda que te envuelve cuando te miro a los ojos fijamente
Y te preguntas qué es lo que estoy pensando,
Qué es realmente lo que te quiero decir.

Son los ojos y las serpientes los que me engañan,
Quienes quieren hacerme creer otra vez que ahora sí soy real.

Y es el miedo lo que te acerca...

horrible gato negro

La infancia es un evento del que uno jamás se podrá librar. Si fue triste, si fue plena, no te suelta nunca. Un antiguo vacío que sigue doliendo. O ése, el vacío que genera que la infacia dichosa no esté más.
Un hombre formado, casi libre, derrepente cae ante un cierto olor, la fijación por un lugar... el color de una pared.
Volver a escuchar. Para entender nuestro aprecio por la víctima... el equipo perdedor, el candidato que no la arma. O salto a mi parte aspiracional... lo que me dijeron que sería, a quién me quiero parecer... "soy un ganador!".
Y después, cuando hay que revisar dos o tres cosas, el dolor y la culpa que genera ver hacia atrás. Ver a otros y haberlos juzgado demás... hasta odiarlos, o haberlo hecho de menos, asumiendo responsabilidades que "no te tocaban", entendiendo muy tarde que no respondieron como adultos. Invalidando así, otra vez, toda posibilidad de ver las cosas como eran. Sin poder dejar de lado, nuevamente, la suave y afilada mirada del niño que se puso a llorar.

2 comentarios:

Gerardo Villegas dijo...

Infancia es destino, un tema fundamental en la obra de Proust, Joyce, Nietzsche, Elizondo, etcétera.
Linda reflexión Gato Negro.

Anónimo dijo...

como bien dijeras alguna vez, mi adorado gato negro: ó.ra.le.